Fiel explorador y promotor de las cualidades expresivas de la  guitarra clásica, el maestro Andrés Segovia, quien nació en España el 21  de febrero de 1893, es considerado el padre del movimiento modernista  en dicho instrumento.   
A temprana edad, Segovia comenzó sus estudios dentro de la técnica  flamenca de la guitarra, pero al no encontrar profesores que impartieran  otras modalidades de este instrumento, se vio obligado a desarrollar  una técnica propia, basada en sus conocimientos musicales adquiridos.
En 1910 ofreció su primer recital en el Salón del Centro Artístico de Granada, donde se enfrentó al escaso repertorio existente.
Posteriormente, en 1913 se presentó en el Ateneo de Madrid, con un  programa que recogía algunas transcripciones realizadas por Tárrega y  algunas obras de Bach, adaptadas a la guitarra por él mismo.
Viaja a Valencia y Barcelona, ofreciendo varias presentaciones. Su  pasión por la guitarra clásica lo llevaron a realizar giras por toda la  geografía española, llegando incluso a tocar en el Conservatorio de  París en 1915.
Su vocación continúa rindiendo frutos, por lo que en 1923 llega a tierras americanas, ofreciendo presentaciones en México y Cuba.   Su éxito es avasallante, por lo que algunos compositores de la época  empiezan a escribir piezas para que sean interpretadas por Andrés  Segovia y con este nuevo repertorio el maestro linarense ofrece un  recital en la Sala del Conservatorio de París.
Su participación en Inglaterra, Alemania, Austria, los países  escandinavos e Italia provocaron que Segovia alcanzara una merecida  reputación internacional.
A lo largo de 1935, la carrera artística de Segovia consigue un éxito  más, y es que presenta por primera vez al público la transcripción de  la célebre y temida Chacona, de Bach, una partitura que se convertiría  en obligatoria para cada recital. En 1964 impartió clases en la  prestigiosa Academia Chigiana de Siena.
Para 1981, Andrés Segovia fue galardonado con el título de Marqués de Salobreña concedido por S.M. el Rey Juan Carlos I.
Continuó tocando hasta muy avanzada edad, sin embargo a los 94 años,  en 1987, la música perdió al gran maestro, quien fuera el mayor
embajador de la guitarra clásica española por el mundo.
Dentro de la producción discográfica de Segovia se encuentran  Asturias, Sevilla, Torre Bermeja y Granada de Albéniz, además de  diversas transcripciones de Johann Sebastian Bach y Zarabanda, entre  muchas otras más.
Tras su muerte, fue acreedor de merecidos homenajes, uno de ellos fue el que le rindió el guitarrista, Narciso Yepes en Madrid.
Su obra ha trascendido a lo largo de las décadas y muestra de ello es  la producción discográfica "Admiral fell promises", de Mark Kozelek,  que presenta melodías acompañadas únicamente de una guitarra acústica.
En este nuevo trabajo, Kozelek expone su progreso con la guitarra  clásica o española, y es que según su amor con la guitarra clásica le  llegó recientemente a través de Andrés Segovia.
Fuente: http://sdpnoticias.com/nota/4073-Perpetua_Andres_Segovia_el_amor_por_la_guitarra_clasica